Allá por 1985, Michael Porter acuñó el concepto de "cadenas de valor". Porter es famoso por establecer y clasificar los diversos flujos de información que permiten que los clientes realicen transacciones. Hoy en día, en el comercio electrónico, la cadena generalmente incluye la logística de la cadena de suministro, la gestión de la información del producto y las señales de las redes sociales.
En la definición de Porter, los objetos físicos en sí mismos todavía estaban firmemente en el medio de la cadena. Jamás se podría haber imaginado la importancia que tendría la información del producto, ya que los canales digitales otorgaban la misma importancia a los medios y datos del producto que a los artículos en sí.
La naturaleza heterogénea y diversa de los canales y mercados actuales significa que las organizaciones pueden tener casi tantas cadenas de valor de información de productos diferentes como clientes. Es abrumador.
La anarquía comercial ata las cadenas de valor de la información del producto en nudos
El panorama del comercio está en constante cambio a medida que las nuevas tecnologías, tendencias y canales impulsan los desarrollos en todo tipo de direcciones inesperadas. La anarquía comercial omnipresente significa que nunca ha sido más difícil mantener el control sobre las cadenas de valor que se extienden desde los productos hasta los consumidores. La explosión de canales, por un lado, y la atomización de las relaciones y expectativas de los clientes, por el otro, hacen que sea muy difícil para las empresas identificar y luego optimizar cada PIVC.
Controla la información de tu producto, controla tus PIVC
En el comercio electrónico, los clientes están tan cautivados por lo que ven y leen sobre los artículos que van a comprar como por los productos en sí: estos deciden comprar o dejarlo mediante un clic en milisegundos. Este nuevo enfoque en los datos y la información del producto, así como el flujo de información que los lleva a los clientes, está obligando a las empresas a reevaluar sus estrategias de gestión de la información del producto.
La clave del éxito sostenible radica en una gestión más sencilla de las cadenas de valor de la información de productos discreta necesaria para llegar a los clientes o llegar a clientes potenciales en nuevos canales o mercados potenciales. A fin de cuentas, cuanto más valor crea una organización, más rentable es probable que sea.
Las tendencias y los requisitos de la información del producto cambian todos los días
La proliferación de canales y sus requisitos exigen que los eslabones de información de productos en las cadenas de valor se rompan y se refuercen en un instante. Este trabajo mitiga los beneficios que las organizaciones deberían obtener de los flujos de información y datos que se mueven entre los vendedores y los clientes, y viceversa. Estos son los principales problemas que impiden que las empresas definan PIVC claros y luego elaboren las estrategias necesarias para medir, gestionar y aprovechar al máximo estas cadenas:
- Proliferación de canales que multiplican los componentes PIVC
- Mayor enfoque del consumidor en los datos del producto y los medios que dan forma a las cadenas de valor
- Organizaciones abrumadas por la anarquía comercial que no pueden dominar
La gestión P2C es clave para controlar los PIVC
Si el tiempo dedicado a crear e implementar nuevas estrategias de gestión de información de productos impide que las organizaciones aumenten el valor dentro de sus PIVC definidos, cualquier solución tendrá que reducir, agilizar y simplificar los recorridos complejos entre los clientes y sus productos. Es por eso que cada vez más organizaciones recurren a la estrategia de gestión P2C en busca de respuestas.
Un socio tecnológico ya debería estar operando en el comercio 3D, por el cual identificar y gestionar las cadenas de valor de la información del producto desde múltiples ángulos. La complejidad del comercio minorista está obligando a las empresas a forjar más vínculos en sus cadenas de valor de la información. Las soluciones que pueden añadir valor y fomentar el crecimiento deben incorporar líneas de productos, geografías, canales, tácticas promocionales y ciclos de retroalimentación de los clientes en sus estrategias. El futuro del comercio minorista está en la gestión producto -al-consumidor.